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una de rumanos

una de rumanos

fue el domingo por la tarde y el instinto de documentalista que últimamente anda inquieto, el remordimiento de esa nueva cámara que apenas he estrenado, el cigarro que salí a fumar al balcón, definitivamente fue el aburrimiento y el intento de que fuera menos domingo por la tarde.

la escena estaba preparada ahí enfrente, en el jardín, una labor de atrezzo impecable, corro a por la cámara, todo listo esperando mi golpe de claqueta y el 3, 2, 1 acción.

una enorme furgoneta blanca de fondo, ante ella todo un salón improvisado sobre la alfombra de cesped. un enorme televisor de plasma, los asientos traseros colocados a modo de sofá y un montón de bolsas, cajas y paquetes de intrigante contenido completando el resto del mobiliario.

el pequeño de los rumanos era el guardian mientras los mayores se iban y regresaban al cabo de un buen rato con más paquetes de todos los tamaños, yo el centeno fimando emocionado su aburrimiento en plano fijo.

es muy curioso observar el aburrimiento de otro, del nuestro ni nos acordamos, bostezos, observar un televisor apagado, juegos improvisados con el objeto más cercano, frotamientos en la cara, estiramientos... y clavar tu mirada al frente, enfocar un poco más y descubrir que una cámara te está grabando. no olvidaré esa cara de sorpresa.

stop

se que no debería haberlo hecho, tendría que haberme olvidado y dejar que el domingo continuara su tarde, pero volví a la escena y ahora era el dedo del rumano pequeño el que me señalaba a mí, relatando lo ocurrido a sus mayores y yo pasaba a ser el protagonista de esta absurda historia.

estoy seguro que si en los siguientes diez minutos llega a sonar el timbre muero de un ataque cardiaco y os aseguro que soy la persona menos racista que conozco pero es que desde entonces mi televisor se ha vuelto monotemático y sólo emite noticias de mafias rumanas.

ya por la noche, antes de irme al dormir, otro cigarrito en la terraza y ahí sigue la furgoneta, oculta en la oscuridad, un último viaje acompañado por las mujeres esta vez, todo dentro, arrancan y veo como se va mi documental y como desaparece mi temor porque 3855 kilómetros se pueden hacer en furgoneta, ¿verdad?, me quedo mucho más tranquilo.

1 comentario

Radu -

sabenos donde vives al padre ya lo sabe ya vera las foto