tokio blues - Haruki Murakami
-¿Qué quieres que te cuente?
-Cualquier cosa. Algo que me haga sentirme mejor.
-Eres muy guapa.
-Midori. Pronuncia mi nombre.
-Eres muy bonita, Midori -corregí.
-¿Cuánto?
-Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque.
Midori levantó la cabeza y me miró.
-¡Tus expresiones son muy peculiares! -comentó.
-Viniendo de ti, me quedo tranquilo -dije, riéndome.
-Dime más cosas bonitas.
-Me gustas, Midori.
-¿Cuánto?
-Me gustas como un oso en primavera.
-¿Un oso en primavera? - Midori volvió a levantar la cabeza-. ¿Que es esto? ¡Un oso en primavera!
-Imagina que paseas sola por un prado y se te acerca un osito con piel aterciopelada y unos ojazos. De pronto el osito te dice: "¡Buenos días, señorita! ¿Quiere usted rodar conmigo?". Entonces tu y el osito os pasáis el día entero rodando abrazados por una ladera sembrada de treboles. Es bonito, ¿no?
-Muy bonito
-Pues a mi me gustas tanto como eso
Midori me abrazó con fuerza
-Es lo mejor que he oído nunca -agradeció. Si tanto te gusto, ¿harás caso de cualquier cosa que te diga? ¡Y no te enfades!
-Claro
-¿Me cuidarás siempre?
-Claro. -Y le acaricié su pelo corto, parecido al de un bebé-. Todo irá bien. No te preocupes por nada.
-Cualquier cosa. Algo que me haga sentirme mejor.
-Eres muy guapa.
-Midori. Pronuncia mi nombre.
-Eres muy bonita, Midori -corregí.
-¿Cuánto?
-Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque.
Midori levantó la cabeza y me miró.
-¡Tus expresiones son muy peculiares! -comentó.
-Viniendo de ti, me quedo tranquilo -dije, riéndome.
-Dime más cosas bonitas.
-Me gustas, Midori.
-¿Cuánto?
-Me gustas como un oso en primavera.
-¿Un oso en primavera? - Midori volvió a levantar la cabeza-. ¿Que es esto? ¡Un oso en primavera!
-Imagina que paseas sola por un prado y se te acerca un osito con piel aterciopelada y unos ojazos. De pronto el osito te dice: "¡Buenos días, señorita! ¿Quiere usted rodar conmigo?". Entonces tu y el osito os pasáis el día entero rodando abrazados por una ladera sembrada de treboles. Es bonito, ¿no?
-Muy bonito
-Pues a mi me gustas tanto como eso
Midori me abrazó con fuerza
-Es lo mejor que he oído nunca -agradeció. Si tanto te gusto, ¿harás caso de cualquier cosa que te diga? ¡Y no te enfades!
-Claro
-¿Me cuidarás siempre?
-Claro. -Y le acaricié su pelo corto, parecido al de un bebé-. Todo irá bien. No te preocupes por nada.
2 comentarios
Marilo -
Natxo -