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consideraciones de un empleado del mes

consideraciones de un empleado del mes

Estaba cada día más gordo y desde hacía días notaba cierta molestia en un costado. Odiaba tener que vivir con su madre, pero era imposible enfrentarse al Minotauro mensual de la hipoteca, y carecía de Ariadnas que le prestaran su hilo, acaso su mano, aunque era sexo lo que más ansiaba, y con la cajera del super de abajo, la de las enormes tetas, esa que era feliz sin recabar en la sudorosa presencia del treintañero que, día a día, bajaba a por Phoskitos. Los Phoskitos eran su gran pasión, desde pequeño los devoraba, aún guardaba el primer cromo del primer Phoskitos, uno de la serie V, en la que salía Donovan, el señor de las bestias, con su chaquetilla primaveral remangada y ese pistolón imposible. Con la Tele Indiscreta del verano del 84 vino una reproducción montable de dicha pistola. Se pasó todo el mes jugando con la pistola, solo.

Había algo de dolor contenido en aquel cromo, quizás la época, poco antes de lo de su padre. "Ha sido horrible, ha sido horrible" recuerda que no dejaba de decir su tía Nicolasa aquella mañana. Y luego la sobreprotección del niño, claro. Y luego el colegio, los demás niños y la incapacidad de ser uno más.

La juventud la pasó con la idea de que tendría que acabarse en algun momento, masturbándose a escondidas (qué gran descubrimiento!) pensando en la hija del municipal del quinto, la del culo enorme.

Y luego la diabetes de mamá, la necesidad de cuidarla, de traer un dinero que ya no llegaba a fin de mes. Entonces el trabajo, los compañeros y la incapacidad de ser uno más. Recuerda el dolor de la primera cena de empresa a la que no fue invitado "porque olía mal". Qué palabras captadas al aire más hirientes.

Pasaron los meses y sobrevivía a los días como buenamente puede un chico de treintaypico, virgen y enganchado a los Phoskitos y al "Diario de Patricia". Hoy en día ostenta con gran orgullo haber sido el "empleado del mes" de Febrero. No le gusta su trabajo, pero se le da bien, sus compañeros le odian y él a ellos, pero el día uno de cada mes tiene su nómina, sino excelente al menos para comprar las jeringuillas para su madre y los Phoskitos para él. Se puede decir que es feliz.

5 comentarios

javi -

yo creo, querido natxo que en pleno 2006 es mucho pedir un 20%, fíjate que hay países que se tienen que conformar con un 0,7% y ni siquiera es de felicidad, sino de necesidad. pero te entiendo perfectamente, en los 80 solo hacía falta ese 80%, es ahora cuando ese puto 20% trae obesidades, estresses, depresiones....
qué felices eramos con ese 80% de salud...

koala -

¿cómo que no? el anillo play de durex tiene mas de ese 20% de felicidad en su composicon, y 0,0 materia grasa

Natxo -

Joder los Phoskitos, que recuerdos, esos recreos de colegio, con tu bollo para recobrar fuerzas y supervitaminarte y mineralizarte...... Aunque no he podido dejar de fijarme que en la compsición hay un 20% fantasma, los phoskitos no tienen una composición del 100, sino del 80%, aunque creo saber la razón:
No es porque este 20% sean grasas saturadas varias y colesteroles de lo más dañinos, sino porque este 20% es la formula mágica de la felicidad, esos componetes secretos que te hacen disfrutar de cada uno de los momentos en que le hincas el diente al pastelillo y toda tu infancia pasa por tu mente, pero solo los momentos buenos, los baños en la playa, las tardes de campo con la paella en las brasas, los chapoteos en el rio del pueblo... ¿Por que sera? (parafraseando a la inclita "La Bombi"), que nuna te acuedas de los reglazos en la palma de las mano, cuando no tenias los deberes terminados, las carreras por el pasillo delante de tu madre para escapar del consabido zapatillazo por haber cortado el pelo a tu hermana mientras dormia, y demás sinsabores de la infancia...
¿por que no habra en los productos para adultos este 20% mágico?.
¿Por que cuando cumples los 18 tienes que darte de bruces con las composiciones al 100%, con su calorias, grasas, colesteroles y "Es" cancerigenos? ¿No podrían los señores fabricantes seguir manteniendonos en esa alegre ingenuidad y darnos ese 20 % de felicidad?.
No creo que sea pedir mucho, me conformo con un 20%.

javi -

qué honor! pues la verdad, a pesar de los parecidos razonables con La conjura de los necios, no la tenía en mente cuando lo escribí. creo que todos somos un poco ignatius y un poco chinaski de vez en cuando...

koala -

Otro Ignatius J. Really para nuestra colección.