el taxista ful
Jose R. desarrolla su rutina de conductor de taxi por las calles de Barcelona. Su vida sería igual a la de cualquier taxista de 52 años, de no ser porque los taxis que conduce son robados. Jose no roba, simplemente coje prestada la herramienta que le permita trabajar. Incluso se molesta en dejar un sobre con parte de las ganancias, por las molestias causadas, antes de abandonar el taxi prestado.
A traves de este caso real, el joven director Jo Sol, nos sumerge en forma de documental en el tema de la precariedad entendida como ese límite que nos impide vivir. Reflexiona sobre el sentimiento de culpabilidad que se ha instalado en nuestras vidas, culpabilidad por no llegar a ser, por no ser capaces de tener. Hace un vivo retrato de la soledad que nos invade, causada por la desesperada competencia entre iguales, sobre la tristeza que nos envuelve y se ha apoderado por completo de nuestras vidas sin que, de momento, hayamos sabido reaccionar.
Jose sólo quiere trabajar y seguir los canones que la sociedad le imponen, otros no queremos malgastar nuestra vida trabajando.
Pero, el mayor atractivo de "El taxista ful" es su apariencia de falso documental, estirando los límites de la representación realista hasta producirnos un sentimiento de que ,quizas, nos esten engañando, lo que nos lleva a replantearnos el estatuto del espectador. ¿No seremos esclavos de una cierta tradición de la mirada, no nos estaremos comportando como si el canon occidental de la narracción nos hubiera colonizado? Vivimos de este modo una precariedad espectatorial igual a la de Jose R. respecto al trabajo. Debemos establecer nuevos contratos, más libres, con lo que vemos, y empezar desde cero, sin miedo y sin prejuicios, abrazando propuestas como ésta, ensayos políticos que parten de la libertad para manifestarse contra lo que no nos gusta.
A traves de este caso real, el joven director Jo Sol, nos sumerge en forma de documental en el tema de la precariedad entendida como ese límite que nos impide vivir. Reflexiona sobre el sentimiento de culpabilidad que se ha instalado en nuestras vidas, culpabilidad por no llegar a ser, por no ser capaces de tener. Hace un vivo retrato de la soledad que nos invade, causada por la desesperada competencia entre iguales, sobre la tristeza que nos envuelve y se ha apoderado por completo de nuestras vidas sin que, de momento, hayamos sabido reaccionar.
Jose sólo quiere trabajar y seguir los canones que la sociedad le imponen, otros no queremos malgastar nuestra vida trabajando.
Pero, el mayor atractivo de "El taxista ful" es su apariencia de falso documental, estirando los límites de la representación realista hasta producirnos un sentimiento de que ,quizas, nos esten engañando, lo que nos lleva a replantearnos el estatuto del espectador. ¿No seremos esclavos de una cierta tradición de la mirada, no nos estaremos comportando como si el canon occidental de la narracción nos hubiera colonizado? Vivimos de este modo una precariedad espectatorial igual a la de Jose R. respecto al trabajo. Debemos establecer nuevos contratos, más libres, con lo que vemos, y empezar desde cero, sin miedo y sin prejuicios, abrazando propuestas como ésta, ensayos políticos que parten de la libertad para manifestarse contra lo que no nos gusta.
2 comentarios
xven -
pasa en todas partes.
pero en realidad me quedo con esta frase:
"... otros no queremos malgastar nuestra vida trabajando."
nosajodio! si tonto no es!!
;-DDDD
javi -