cine club: Una casa en el fin del mundo (Michael Mayer)
Esti fué la encargada de elegir su película en la cuarta sesión del cineclub en casa de los domingos, ocho los asistentes (los asiduos) y la pista que se trataba de una película que yo mismo le había grabado, por lo que todo auguraba que esta vez no asistiríamos a la película de su vida, esa que le marcó, sino a una de las favoritas de entre las últimas (hay que currarselo más, patearse video-clubs hasta dar con aquella película ya casi olvidada en las estanterías pero no en la memoria).
Reconozco que la primera vez que ví esta película no me dijo absolutamente nada, creo recordar que la ví seguida de C.R.A.Z.Y. de similar temática y disfruté mucho más esta otra y su espléndida banda sonora, pero esta segunda oportunidad me permitió redescubrir esa primera media hora del film descomunal, captando de inmediato la total entrega de los allí asistentes, qué pena que el resto del metraje no consiga mantener ese climax y se vaya rellenando de sensiblerías varias hasta llegar a un final un poco improvisado. Pero gustó y se disfrutó, con risas y alguna que otra lagrimilla (no olvides los cleenex la próxima, Rosa).
El apartado gastronómico estaba difícil esta vez, nadie se alimenta en todo el film, ninguna posible alusión al título, sólo cabía esperar que Esti se pusiera a repartir tripis o porros, pero no, era domingo a la tarde y mejor una buena ración de hamburguesas y tarta de manzana como manda USA y un buen final al largo puente.
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Natxo -