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El metro

El metro

Me senté junto a él en el abarrotado vagón de metro. Nuestros muslos se tocaron sin premeditación alguna. Cada movimiento era un roce que provocaba un cosquilleo grato. No me hizo falta mirarle para notar que se movía inquieto, pero que no se apartaba.

2 comentarios

koala -

el sigue moviendose inquieto y sin apartarse en las cocheras del metro, donde lleva ya tres noches

Xven -

y que paso entonces? te quedaste embarazada? os seguis viendo? te escribe?